jueves, 7 de octubre de 2021

CHANCE


Saludos tropa en la entrada de hoy os traigo la traducción de la siguiente historia corta publicada en FFG USA sobre Chance el Hyrrince un pequeño ladron de Descent legends of the dark publicada por FFG USA  que la podréis leer en ingles aquí y de nuevo escrita por Robbie Macniven, en castellano le han puesto el nombre de Venturoso… ¿Por qué? Pues ni idea, pero traducir los nombres de los personajes me parece una idea pésima, aun así disfrutar de esta historia porque es genial.


CHANCE
ROBBIE MACNIVEN


Siempre eran los niños las mayores amenazas.

     No importaba si eran orcos, enanos, gnomos o humanos, Chance había aprendido hace tiempo que lo único que tenía la capacidad de acercarse sigilosamente a él era un niño.

     Ahora mismo había uno de pie en el pasillo, un humano, quizás de seis o siete años de edad, vestida con una larga bata de cama blanca y con el pelo rubio pajizo, recién cepillado, colgado sobre ambos hombros. Miró, sin pestañear, a Chance, con ojos grandes y oscuros.

     Mirar fijamente era considerado por algunos hyrrinx como un acto de agresión, Chance nunca había tenido tiempo para eso, aunque sintió una respuesta instintiva, enterrada en lo más profundo, a la mirada de la niña, eso le hizo le hizo devolver la mirada.

     -Kitty-, dijo la niña, lenta y seriamente.

     -Tal vez-, respondió Chance en voz baja, tratando de no sentirse ofendido por la comparación. Se dio cuenta de que su cola se balanceaba de un lado a otro, e hizo lo posible por sofocar el ansioso movimiento.

     -¿Kitty... quiere el jarrón?-, continuó la chica, con una nota confusa en su voz.

     Chance se había congelado en el pasillo en el momento en que vio que la chica lo miraba fijamente. Eso significaba que todavía estaba agarrando el ornamentado jarrón dorado de Lorimor, que acababa de empezar a levantar delicadamente de su zócalo.

     -Kitty quiere el jarrón-, confirmó, con las orejas agitadas. La chica frunció el ceño y señaló con el dedo.

     -¡Kitty no debe robar! Robar es malo-.

     Chance enseñó los colmillos, el destello de frustración invisible tras la máscara de cuero que cubría su hocico.

     -¿Y si... Kitty sólo quería tomarlo prestado?-, sugirió, tratando de idear una forma de hacer que la chica volviera a la cama.

     -Tendría que preguntarle a papá-, dijo la niña, cruzándose estoicamente de brazos. -Le gustan mucho los dos jarrones-.

     -Seguro que sí-, dijo Chance. Las dos antigüedades habían sido valoradas por un coleccionista experimentado, mientras era amenazado por varios de los ejecutores del Príncipe Proscrito en una suma de más de quinientas coronas. Entre ambos, eran los objetos más caros que poseía Lucas Brezer, parte de una fortuna adquirida por una red de comercio ilícito que iba desde Lorimor, en el suroeste, hasta Thelgrim, en el noreste.

     El Príncipe Proscrito había exigido que los jarrones fueran revalorizados, en persona. Por eso Chance y Tali habían sido enviados a la mansión Brezer en plena noche. Estaban buscando antigüedades.

     Chance empezó a bajar lentamente el jarrón a su zócalo. La niña, presumiblemente la hija de Brezer, asintió con severidad mientras lo hacía.

     -Buen gatito-, dijo.

     Chance estaba a punto de sugerir que ese no era especialmente el caso, cuando oyó un grito que resonaba en la mansión desde algún lugar más arriba.

     Era Tali.

     Entrar y salir, bien y rápido. Eso fue lo que Tali había dicho. Habían repasado el plan una docena de veces antes de esta noche, incluso habían ensayado partes del mismo en el almacén abandonado junto a la parte de Rivengate que pertenecía al Príncipe Proscrito. Tali, una humana de baja estatura que se había criado entre el ejército de ladrones del Príncipe, había trabajado antes con Chance en varios robos, aunque ninguno tan grande. Ella era mayor que Chance, más experimentada, un hecho que el Príncipe había destacado cuando les había dado el encargo.

     -Fortuna siempre me bendice con buena suerte-, había dicho. -Y yo a su vez te paso una fracción de esa suerte Chance. La necesitarás, tus éxitos han sido demasiado... precarios últimamente, Tali te mantendrá a salvo, recurre a ella como lo harías conmigo-.

     -¿Sabes que él habla a ti a escondidas-, Le había dicho Tali más tarde, mientras los dos habían revisado los mapas de la mansión Brezer en las sombras del almacén.

     -¿Quién lo hace?- había preguntado Chance, sorprendido por el repentino cambio de tacto.

     -El Príncipe Proscrito-, dijo Tali, con una voz más seria de lo que él estaba acostumbrado. -Yo no podría hacer la mitad de las acrobacias que te he visto hacer desde que te uniste a nosotros. Olvida a Fortuna, eres el mejor ladrón que he visto-.



     Las orejas de Chance se habían movido con diversión.

     -No me tomes por tonto-, había advertido. -Por lo que sé, el Príncipe podría haberte dicho que me dijeras eso, como una prueba-.

     Tali había levantado las manos. -Es consciente de mucho menos de lo que crees, Chance, no es todopoderoso-.

     Chance se había encogido de hombros, una expresión humana que había aprendido de Tali.

     -Sin él no tendría nada-, había dicho.

     -Eso es lo que te dice él, ¿no?-.

     -A veces-, había admitido, sin querer insistir en ello. -¿Podemos seguir con el plan?-

     -El plan es sencillo-, había dicho Tali con una sonrisa. -Entrar y salir, bien y rápido-.

     -¿El honor del ladrón?- Chance había preguntado. Era uno de los muchos lemas del Príncipe Forajido, un contrasentido que se suponía que fomentaba las "buenas" prácticas entre sus subordinados: un ladrón eficaz siempre daría prioridad al objetivo sobre cualquier otra cosa.

     -Si se trata de eso-, había dicho Tali. -El honor del ladrón-.

     El grito de Tali  hizo que Chance dejara de lado el jarrón. Lo colocó de nuevo en su pedestal, mirando rápidamente a la pequeña. Ella permaneció clavada en el sitio, aunque ahora había miedo en sus ojos abiertos.

     -Quédate aquí-, dijo Chance. -Y protege el jarrón-.

     Salió corriendo hacia las escaleras, a cuatro patas, como una mancha de pelo gris, mientras subía de dos saltos. En la parte superior había un rellano, suntuosamente decorado como el resto de la mansión, con paneles oscuros de corteza de barba hierro y alfombras decorativas de lana de oveja de Isheim. Su sentido del oído, muy agudo, había captado no sólo el grito de Tali, sino también el sonido de un forcejeo y el choque de algo pesado al caer, la estaban atacando.

El rellano conducía a otro pasillo que le llevaba a la derecha. Su mente repasó el plano del edificio a medida que avanzaba, memorizado antes de que se pusieran en marcha. Tomó una puerta a la izquierda y salió a una pasarela que rodeaba las paredes superiores de la biblioteca en el corazón de la mansión.

     Vio a Tali abajo, en la planta baja de la biblioteca, luchando con un guardia con jubón de cuero sobre los restos de un conjunto de estanterías caídas, Uno  de los guardias contratados estaba inmovilizado por el derrumbe, mientras que un tercero corría por la habitación, con un pesado garrote en alto.

     Chance sacó sus cuchillos de punta espinada en un instante, con una de las pequeñas dagas arrojadizas sostenida hábilmente entre cada dedo. Mientras lo hacía, sus ojos captaron un resplandor a la derecha, lo que le hizo dudar.

     Se dio cuenta de lo que Tali había intentado hacer: escalar las estanterías para llegar al nivel superior sin tener que subir las escaleras. En la pasarela a la que había llegado había otro zócalo con el segundo de los jarrones gemelos, que brillaba a la luz de la araña suspendida en lo alto.

     Volvió a mirar a Tali. Ella lo había visto, prácticamente al lado del jarrón. Compartieron un segundo de comprensión tácita.

     El honor del ladrón. El objetivo es lo primero.

     Chance enseñó los colmillos y lanzó el primero de sus cuchillos. La pequeña púa de acero voló recta y certera, golpeando la pantorrilla del hombre que cargaba con el garrote mientras se acercaba a Tali. Cayó con un grito de dolor. El que estaba luchando con Tali levantó la vista con sorpresa, viendo a Chance por encima de él justo antes de que el segundo cuchillo golpeara su hombro, pasando por encima del brazo de Tali antes de encontrar su objetivo.

     Ella lo derribó mientras él gritaba de dolor, gritando al mismo tiempo.

     -¡Chance, cuidado!-

     Él ya había percibido el ataque inminente. Un cuarto guardia había salido a la pasarela detrás de él, con su cara llena de cicatrices y sonrojada mientras sacaba su garrote. Chance se agachó y rodó, escuchando un golpe seco cuando el arma pesada astilló la barandilla de madera que había estado frente a él un momento antes.

     Su giro le hizo entrar en contacto con el zócalo que sostenía el jarrón. Apenas fue un roce, pero causó el suficiente bamboleo como para que la antigüedad empezara a volcarse sobre el borde. Chance alargó la mano sin pensarlo, atrapándolo limpiamente con la misma pata en la que tenía atado su guantelete de garra sombría.

     Lo miró fijamente, dándose cuenta de lo que acababa de hacer, antes de que un rugido a sus espaldas le hiciera pasar a toda velocidad por el zócalo con la cola levantada. Otro golpe lo hizo temblar y lo derribó mientras el iracundo guardia se lanzaba tras él.

     -Vuelve, pequeño carroñero sarnoso-, bramó el guardia.

     Chance no llegó muy lejos. Una puerta se abrió delante de él, lo que le hizo detenerse cuando otro miembro del séquito de Brezer, con el pelo alborotado por el sueño, salió para interceptarlo.

     Miró al recién llegado y volvió a mirar al que le perseguía, dándose cuenta de que estaba acorralado.

     -No soy un carroñero-, le dijo al hombre que levantaba su garrote para golpear. -Soy un ladrón-.

     Chance lanzó el jarrón.

     Los dos hombres gritaron horrorizados, mirando la antigüedad dorada que parecía arquearse, en cámara lenta, hacia las altas vigas de la biblioteca.

     Chance siseó y arremetió contra él, con movimientos borrosos. Su garra sombría se clavó sobre los muslos del primer hombre, derribándolo como un saco de plomo, antes de que el último de sus cuchillos punta espina inmovilizaran la manga del guardia que empuñaba el garrote contra la pared. El hyrrinx se enderezó mientras ambos hombres bramaban, el primero agarrándose la herida mientras el segundo luchaba por liberar su brazo, estiró las patas y atrapó el jarrón con hábil precisión mientras caía hacia él.

     Tali había hecho estallar sus bombas de humo, con nubes grises y asfixiantes que se extendían por la parte inferior de la biblioteca. Apareció debajo de la pasarela donde estaba Chance y le hizo un gesto con la mano.

     -¡Suéltalo!-

     Sujetó el jarrón por el lado y lo soltó, siguiéndolo por encima. Tali cogió la antigüedad con un gruñido justo cuando Chance aterrizó junto a ella, a cuatro patas.

     -Ventana-, dijo, señalando con una garra a través del humo una posible vía de escape. Tali asintió.

     Juntos se abalanzaron sobre ella, con la cabeza gacha, atravesándola con un estruendo de cristales rotos. Chance rodó a través de los arbustos que había más allá y volvió a levantarse a tiempo para sujetar a Tali, agarrando el jarrón justo antes de que se le cayera de las manos.

     Atravesaron la puerta de Westport y se adentraron en un callejón a lo largo de la parte trasera de la posada del Pato y el Arpa antes de hacer una pausa para recuperar el aliento.

     -Vaya con el honor del ladrón, ¿eh?-. Tali jadeó, logrando una sonrisa.

     -Oye, yo tengo el objetivo-, dijo Chance, levantando el jarrón.

     -Mi objetivo-, corrigió ella. -¿Dónde está el tuyo?-

     -Tenía un guardia especialmente temible que lo vigilaba-, dijo Chance, bajándose la máscara para dedicarle a Tali su propia sonrisa enseñando los colmillos. Ella puso los ojos en blanco, claramente sin creerle.

     -Podrías haberme dejado-, dijo ella. -El Príncipe Forajido no estará contento-.

     Chance hizo una mueca. -Sólo espero que no se entere-, dijo, con una clara preocupación en su voz. Tali se río y le dio una palmadita en el hombro, tratando de animarlo.

     -Sabes, Chance, a veces puedes ser un pésimo ladrón-, dijo. -Pero me alegro de que seas tan buen amigo-.



martes, 5 de octubre de 2021

KEHLI


Saludos tropa en la entrada de hoy os traigo la traducción de la siguiente historia corta sobre Kehli la enana de Descent legends of the dark publicada por FFG USA  que la podréis leer en ingles aquí y que está escrita de nuevo por Robbie Macniven espero que la disfrutéis pues esta historia es la más larga de los seis héroes hasta ahora.

                                                                        KEHLI

                                                 ROBBIE MACNIVEN


El elfo miró a Kehli con los ojos entrecerrados y negó con la cabeza.

     -Lo siento, pero he hablado con mis compañeros y no creemos que encajes bien en nuestro grupo-.

     Ella le sonrió, con las manos en las caderas.

     -¿Y por qué?-, preguntó. La expresión del elfo se tornó impasible, señal inequívoca de que iba a disuadirla con alguna excusa cualquiera.

     -Mis compañeros y yo nos conocemos-, dijo. -Hemos participado en varias expediciones juntos-.

     -Dudo que lo haya hecho-, dijo dijo Kehli, señalando junto al lúgubre elfo los dos carros y la gente que los cargaba. El más cercano era un joven escuálido y con cara de viruela, vestido con una túnica marrón oscura que le quedaba grande. Cuando el elfo miró hacia atrás, dejó caer un barril que había estado manipulando sobre uno de los carromatos y soltó un grito de dolor al aterrizar de lleno en su pie.

     -El señor Landon está matriculado en la Universidad de Greyhaven-, dijo el elfo de forma escueta, moviéndose para bloquear la vista de Kehli sobre el muchacho mientras intentaba débilmente levantar el barril una vez más.

     -¿Quieres decir que es un estudiante flaco que no sabe manejar su cerveza?- preguntó Kehli.

     -Tiene una piedra rúnica-, siseó el elfo. Kehli levantó los brazos fingiendo sorpresa, sin impresionarse por el concepto de una fuente extrínseca de magia, que cualquiera podía coger y utilizar.

    -Perdóname, no tenía ni idea de que tu grupo había conseguido los servicios de un maestro hechicero-, exclamó. -¡Tengan cuidado de que no los vuele a todos al Ynfernael con ella!-

     El elfo se burló, endureciendo aún más su expresión.

     -La caravana principal a Vynelvale parte dentro de tres días-, dijo. -Estoy seguro de que podrás encontrar a alguien en la Ciudad Libre dispuesto a contratarte-.

        

     -Pero no alguien que se dirige a Sudanya-, señaló Kehli.

     -Ese no es mi problema-, dijo el elfo. -Te deseo un buen día, Dunwarr-.

     El nombre del elfo era Nebulan, aparentemente. Sus acompañantes eran un orco llamado Korren, una mujer llamada Frenela y el desafortunado maestro Landon. Korren era claramente el músculo del grupo, un guerrero con aspecto de oso vestido con una vieja cota de malla, una maltrecha joruca que llevaba el escudo de la baronía de Telor en el pecho. A Frenela, Kehli la habría confundido inicialmente con una elfa, si no hubiera sido tan baja de estatura y no hubiera tenido orejas de mala muerte. Todavía no estaba segura de lo que ofrecía al grupo, más allá del laúd que llevaba atado a la espalda y del hecho de que la había notado mirando fijamente a Nebulan varias veces.

     Todo esto lo había percibido Kehli desde que se encontró con la pequeña caravana reunida en el bullicioso corazón del centro de Morwind. El lugar, un puesto comercial en las fronteras del este de Terrinoth, se consideraba una ciudad libre en ciernes, y atraía a todo tipo de pícaros y malhechores de las baronías del este.

     Kehli había ido allí en busca de empleo y de problemas. Creía que a menudo eran la misma cosa. Su situación se había agravado aún más de lo habitual en Hadranhold: ser miembro de los gremios de alquimistas y herreros estaba muy prohibido en la sociedad enana, y Kehli se había encontrado a punto de ser descubierta por ambas partes de sus respectivos oficios. Había decidido, al menos al principio, que la mejor manera de garantizar su posición era simplemente ganar suficiente renombre y riqueza para asegurarse de que no la desafiarían, y así había empacado su martillo, su escudo y su ballesta, y había partido hacia nuevos horizontes.

     Desde que tenía uso de razón, había tenido el deseo de viajar. Su padre había sido un cronista de la saga Thelgrim. Durante el día había enseñado a otros en la Sala de los Ancestros, impartiendo la historia antigua de los Dunwarr a los que venían a escuchar y aprender, pero por la noche había acunado a su única hija en brazos y le había contado sus propios cuentos. Habían estado repletos de campeones acorazados y dragones aterradores, nigromantes intrigantes y sabios rúnicos, pícaros gatunos y monstruos de Ynfernael. Los había conocido a todos antes de que el sueño se la llevara, y había viajado con ellos a desiertos lejanos, a selvas sudorosas y a cumbres cubiertas de ventiscas, explorando elevadas y pétreas ciudadelas y las arboledas embrujadas de los Aymhelin.

     Kehli había decidido conocerlos todos algún día, y más. Cuando creció le parecía un sueño, agobiada por las crecientes preocupaciones de la realidad, pero cuando su padre se marchó decidió poner en práctica las historias que había memorizado. Desde entonces, no ha dejado de viajar.

     Sudanya era uno de los lugares que se había perdido. La ciudad perdida había aparecido varias veces en los cuentos de su padre, un reino embrujado de piedras rotas y criptas llenas de tesoros. Después de dejar Hadranhold, decidió que ahora era el mejor momento.

     Era lamentable que Nebulan no pareciera quererla. Los aventureros podían ser así a veces, según su experiencia. No estaba segura de qué los había desanimado, tal vez era demasiado alegre para para el agrio elfo. En cualquier caso, viajaría a Sudanya con ellos, lo supieran o no.

     No fue difícil entrar en el mayor de sus dos carros. Nebulan se enzarzó en una discusión con Landon después de que el joven dejara caer otro barril. Kehli aprovechó su oportunidad, y entró antes de que nadie se diera cuenta, ocultándose detrás de un cofre en la parte trasera del transporte.

     Siempre había querido formar parte de un grupo de aventureros. Parecía que hoy iba a ser su día de suerte.

     -¿Estás seguro de que este es el mejor lugar para parar?- preguntó Landon con nerviosismo, sin apartar la vista de los árboles circundantes.

     -Absolutamente-, respondió Nebulan, con voz tersa. -Estamos a medio día de viaje de Sudanya, y no queremos llegar a la ciudad después de que oscurezca. Descansaremos aquí esta noche y seguiremos mañana-.

     Landon lanzó alguna queja más, pero Nebulán lo ignoró. El muchacho no había hecho más que quejarse y lloriquear desde que habían partido de Morwind. Sólo lo había aceptado en el grupo porque Frenela creía que necesitaban un hechicero con ellos, y empezaba a dudar mucho de que hubiera siquiera una pizca de magia en el repertorio del estudiante de Greyhaven.

     Además, Nebulan no quería admitir que estaban perdidos. No estaba seguro de cuándo había sucedido exactamente, pero no recordaba su ubicación actual por las historias que había escuchado sobre las desmoronadas ruinas de Sudanya. Les habían prometido templos y palacios antiguos repletos de tesoros polvorientos. En cambio, se habían extraviado en un bosque muerto y seco, un lugar de polvo y madera erizada, frágil como el hueso. El único consuelo era que no habían perdido el rastro que seguían.

     -Enciende un fuego-, ordenó a Korren, que se limitó a gruñir. Frenela se dirigió a la parte trasera del carro de equipaje, arrastrando un saco de avena y un puñado de manzanas de uno de los barriles del interior. En un principio, Landon se había encargado de preparar las comidas del grupo, pero Nebulan estaba convencido de que estaba robando comida, así que había puesto a Frenela a cargo de las provisiones.

     -¿Has oído eso?- preguntó Landon bruscamente. Había estado dando de comer una manzana al poni que tiraba del carro delantero, pero había soltado un ligero grito y ahora miraba los árboles de alrededor con los ojos muy abiertos. Nebulan suspiró audiblemente.

     -¿Oír qué?-

     -No lo sé-, dijo patéticamente el joven. "Sonó como si algo se moviera, por allí".

     Señaló un grupo de árboles cercanos, cuyas ramas estaban retorcidas y agrietadas. Nebulan suspiró, sacó su daga y se acercó a ellos, golpeando con el acero élfico la rama marchita más cercana.




     -No hay nada aquí, Landon-, dijo, mirando de nuevo al grupo. -Este bosque está muerto desde hace tiempo. Korren, ¿vas a buscar leña o no?-

     El orco volvió a gruñir y finalmente se alejó hacia el otro lado de la carretera, adentrándose entre los áridos árboles del lugar.

     No se fue por mucho tiempo. Se oyó un grito que Nebulan interpretó primero como el de algún pequeño animal de caza en apuros, seguido por el sonido de madera quebrada y armadura raspada. Korren volvió a irrumpir a través de los árboles, gritando.

     -¡Araña!-

     Nebulan se río a su pesar.

     -¿Araña?-, repitió. -No me digas que tienes miedo de una pequeña...-

     No tuvo oportunidad de terminar. Con un estruendo de madera quebrada y astillada, una forma de pesadilla surgió de la línea de árboles y hacia la carretera. Era un arácnido de proporciones titánicas, más grande que Korren, con sus gruesos miembros erizados de pelo y sus ojos brillando por encima de unas fauces llenas de pinzas.

     Nebulan soltó un grito y se echó hacia atrás, buscando a tientas su arco. Korren había seguido corriendo hacia a los carros. Frenela gritaba. Sólo Landon no reaccionó. Se quedó clavado en el sitio, con los ojos muy abiertos, congelado mientras la criatura se abalanzaba sobre él.

     Lo arrastró hacia abajo, con sus pinzas hundiéndose, mordiendo sus holgada túnica. Nebulan intentaba tensar su arco, con los dedos temblando. Una parte de él no quería ver lo que ese horror le estaba haciendo a Landon.

     Antes de que pudiera apartar la vista, algo se clavó en la criatura, atravesando uno de sus ojos. Gritó y empezó a retorcerse sobre Landon. Nebulan se dio cuenta de que había sido golpeado por una ballesta. Se giró asombrado, a tiempo de ver a la enana a la que había rechazado en Morwind -Kehli- arrojando a un lado su ballesta y bajando de un salto de la parte trasera del carro en el que estaba encaramada.

     -Atrás-, gritó la enana mientras liberaba un pesado martillo de dos cabezas. Cargó contra la monstruosidad que se retorcía y le asestó uno, dos y tres golpes en la cara. Finalmente quedó inerte, aunque sus miembros siguieron retorciéndose de forma grotesca.

     -Buenas tardes a todos-, exclamó Kehli, sonriendo al grupo aturdido y limpiando el icor de araña de su mejilla.

     -¿De dónde has salido?- preguntó Frenela lentamente, atónita.


     -Bueno, de Valeheim, lo mismo que tú-, dijo Kehli encogiéndose de hombros, como si ir de polizón en un carro durante dos días fuera algo perfectamente normal.

     Se acercó a la araña muerta y le plantó una bota en el flanco bulboso, levantándola de Landon. Tras un momento de vacilación, Nebulan se unió a ella y miró al estudiante caído. Parecía haber quedado pálido y rígido; al principio Nebulan pensó que estaba muerto, hasta que se dio cuenta de que sus ojos estaban centrados en él.


     -¿Qué le ha hecho?-, preguntó a Kehli.


     -La maldición de Arachyura-, dijo la enana con lo que sonó como si se tratara de una afición. -Se dice que es de naturaleza mágica naturaleza mágica. La he visto antes. Puede paralizar a los débiles de voluntad sin ejercer fuerza física. A menos que pueda superarlo mentalmente, no se moverá durante unas horas-.

     -¿Por qué estás aquí?- Preguntó Nebulan, dirigiendo su atención a Kehli. "¡Yo... te dije que no podías unirte a nosotros!" 

     -Pues te vas a alegrar de que lo haya hecho-, replicó Kehli, levantando un dedo como para pedir silencio. Nebulan frunció el ceño y se dio cuenta de lo que había oído.

     El bosque circundante había empezado a gemir. Con él llegó un susurro creciente, acompañado por el crujido de las ramas y el chasquido de las hojas secas. El sonido crecía a su alrededor.

     -Más arachyura-, murmuró Kehli, cuyas palabras provocaron una oleada de miedo en el elfo. Una parte de él no quería creer a la extraña intrusa, pero ella parecía hablar muy en serio. -Todo un enjambre. Te has detenido justo en el borde de su zona de caza-.

     -Oh, dioses-, tartamudeó Frenela, agarrando el antebrazo de Nebulán. "¡Tenemos que volver, Neb! Nos comerán a todos".

     -Yo no recomendaría eso-, dijo Kehli. -No con la oscuridad cayendo. Lo mejor es quedarse quieto y encender un fuego-.

     Frenela miró a Nebulan, quien a su vez buscó a Korren, viéndolo encogido bajo uno de los carros como un niño aterrorizado. Frunció los labios y asintió.

     -Bien. Pero aún necesitamos esa leña-.

     Recogieron la madera más cercana lo más rápido posible. El sonido del enjambre que se acercaba hizo que ha Nebulan se le pusiera la piel de gallina, pero hizo lo posible por no pensar en ello mientras seguía las instrucciones de Kehli, colocando pequeños grupos de ramitas y ramas en un círculo alrededor de los carros.

     Por su parte, la extraña Dunwarr parecía más excitada que asustada. Nebulan encontró su pensamiento difícil de comprender. Detuvo a Frenela, que intentaba desesperadamente encender una chispa sobre una de las ramas rotas de madera muerta con un pedernal.

     -Tengo algo mejor que eso-, dijo, metiendo la mano en uno de sus bolsillos y sacando un frasco lleno de líquido transparente y varias bolsitas. Mientras Nebulan, Frenela y el encogido Korren la miraban, mezcló el polvo de las bolsitas en el frasco, lo agitó y vertió una cuidadosa gota del brebaje púrpura sobre la madera.

     Se encendió inmediatamente, desprendiendo llamas de color púrpura que se extendieron por toda la madera.

     -Esto debería permanecer encendido toda la noche-, dijo Kehli, pasando a la siguiente pila. -Se quema más lentamente y es más brillante que las llamas normales-.

     -Pensé que eras una despiadada vagabunda enana-", admitió Nebulan mientras observaba a Kehli encender los montones alrededor de los carros. Kehli le devolvió una sonrisa contagiosa, con sus rasgos iluminados por las llamas arcanas.

     -¡Ah, sí! Pero también soy miembro de la Liga de Alquimistas, entre otras cosas. Te sorprendería lo que se puede conseguir con unas cuantas tinturas selectas-.

     Las sombras se habían alargado mientras trabajaban. Los sonidos sibilantes y crepitantes procedentes del bosque circundante eran cada vez más fuertes. Nebulan captó un movimiento de desplazamiento en la oscuridad más allá de los fuegos. Se acercó a Frenela, si iba a morir aquí, lo haría a su lado. La idea puso un poco de acero en su alma temblorosa.

     -Estamos a salvo, siempre que nos mantengamos dentro de los fuegos-, dijo Kehli, sonando casi jovial. - ¿Por qué no apoyas al estudiante contra esa rueda, y os reunís? , tengo una o dos historias que puedo compartir para para que la noche pase más rápido-.

     El amanecer llegó lentamente, con una luz gris que penetraba en el bosque circundante, haciendo que las sombras se ocultaran bajo las ramas.

     Llegó justo a tiempo. Las fogatas púrpuras de Kehli se habían apagado, aunque seguían ardiendo, arrojando una iluminación irregular sobre el cansado grupo.

     En algún momento, Kehli se dio cuenta de que sus historias habían surtido efecto, lo peor del miedo que se había apoderado del pequeño grupo había desaparecido, de hecho, Frenela se había quedado dormida brevemente contra el hombro de Nebulan mientras terminaba su último relato, mientras que Korren incluso se había dejado convencer para salir de debajo del carro. Landon también parecía estar recuperando algo de movimiento en sus brazos y piernas, aunque todavía no había hablado.


     Kehli se levantó y estiró sus extremidades antes de acomodar su ballesta sobre su mochila. Los ruidos siniestros que casi los habían abrumado la noche anterior habían desaparecido, dejando el bosque muerto que los rodeaba en silencio.

     Miró brevemente al cansado grupo, después de todo no tienen mucho que hacer. Ella debería haberse dado cuenta de ello antes de que se pusieran en marcha. Sin embargo, había sido una noche interesante y había añadido otra historia a su repertorio. Comenzó a caminar por el sendero, más allá de las fogatas, por el camino que habían recorrido ayer. Nada se movía entre los árboles de ambos lados.

     -¿A dónde vas?- preguntó Nebulan, aparentemente sorprendido por la dirección que tomaba la enana. Ella miró hacia atrás y le dedicó su contagiosa sonrisa.

     -De vuelta a Valeheim-, dijo, como si fuera lo más obvio de todo Mennara.

     -Pero Sudanya está más adelante-, dijo Nebulan. – ademas ¿No quieres unirte a nosotros?-

     Kehli se encogió un poco de hombros.

     -Bueno, estoy buscando un grupo de aventureros al que pueda unirme, sí-, admitió. -Pero, sin ánimo de ofender, vosotros cuatro no os parecéis en nada a los héroes de los cuentos. Quizá en otra ocasión-.



domingo, 3 de octubre de 2021

Descent: Leyendas de las tinieblas


Saludos tropa, hoy es el día, hoy es el gran día, ya tengo en mi poder LA CAJAAAA, el nuevo Descent: Leyendas de las tinieblas ya salió y en esta entrada de hoy os contare mis primeras impresiones sobre el contenido que trae esta, las partidas en la siguiente entrada os iré informando, asi que vamos al lio.

LA CAJA

El inserto de abajo se os llenara

O más bien el cajote porque la caja es grade muy grande, es un señor cajote, con casi 26cm de alto y casi 30 cm de ancho más vale que tengas un buen hueco en tu estantería para colocarlo, la estética es brutal notaras el pequeño relieve de las letras y el color azul combinado con el naranja queda sobresaliente, creo que es la mejor caja de un juego de mesa que he tenido nunca, sorprendente, la caja está dividida en dos alturas una para guardar losetas, cartas, dados, miniaturas y la parte de abajo para toda la escenografía 3D que trae y ya te digo que la llenas, pero si volvemos a la caja más pequeña lo que resalta es su decoración en los laterales donde nos muestra la Historia de Terrinoth y todos sus aciagos momentos, simplemente una caja maravillosa para todo buen fanático del universo de Mennara.



Primera Oscuridad:

Llovar Rutonu conocido como Llovar de las langostas de la tribu Loth K´har , corrompe a su pueblo pactando con los demonios del Ynfernael , a partir de ahí se les conocerá como los Uthuk Y'llan, el enjambre de langostas. Pero el archimago Timmoran Lokander y su discípulo Waiqar Sumarion derrotan a esta nación condenada a la destrucción.

En la imagen de izquierda a derecha y desde arriba hacia abajo vemos a Llovar pactando con los demonios, su escudo y los engendros del Ynfernael flanqueados por las Runa Ynfernal a la izquierda y la Runa del Relámpago a la Derecha, vemos como hordas Uthuk iniciaron el ataque sobre las tierras del rey Penacor, una bruja de sangre que resalta el poder de los Uthuk y por ultimo una ciudad destruida a la vez que un jinete de Leonx observa la escena para recordarnos que Llovar también arraso las arboledas orientales de Aymhelin.



Segunda Oscuridad: 

Waiqar  es capturado y torturado por los Uthuk Y'llan mientras los combatía. Daqan de Terrinoth desaparece  sin que nadie sepa lo que le sucedió, pero un oráculo anuncia su regreso. Waiqar traiciona la causa de Timorran y se rebela contra él y contra el Consejo de Magos para tomar el control del Orbe Celestial y este lo divide en pedazos. Waiqar asesina a Timmorran y se convierte en el Nigromante inmortal. Kellos  y sus lugartenientes derrotan a Waiqar.

En la imagen de izquierda a derecha y desde arriba hacia abajo vemos la corona del rey Daqan supuestamente asesinado por el Barón Ulon Heronglade, Su escudo y como el reino se divide en 17 Baronías, flanqueados por la runa de colección a la izquierda y la Runa de la teletransportación a la derecha, vemos jinetes posiblemente la Caballería Oathsworn para atacar el castillo Heronglade el presunto asesino del Rey Daqan.



En la imagen de izquierda a derecha y desde arriba hacia abajo La transformación del ejercito de Waiqar en no muertos, su escudo, y el asalto a la torre de Merigyr, flanqueados por la Runa de la Tormenta de hielo a su izquierda y la Runa de descarga Arcana a su derecha, vemos a  Ardus Ix'Erebus dirigiendo a sus tropas y llevando la destrucción sobre la Baronía de Camford y finalmente el Trono de Waiqar donde se retiró tras ser derrotado en batalla por Kellos.



Tercera Oscuridad: 

Terrinoth se ha dividido en 14 baronías una de ellas la de Waiqar de ahí que siempre se diga que existen 13 solamente. Los Señores Dragón  aprovechan este vacío y toman el control de Terrinoth, con la ayuda de Waiqar , los Dragones encuentran las viejas estrellas de Timmorran Lokander y las transforman en las Runas del Dragón una alianza de todos los pueblos libres se enfrenta a los señores Dragón.

En la imagen de izquierda a derecha y desde arriba hacia abajo podemos ver la legendaria batalla entre Lord Roland y Margath, el escudo de los señores dragón y la destrucción de Terrinoth a manos de los señores Dragón, flanqueados por la runa de la Inmolación a la izquierda y la Runa de la Piedra del Alma a su Derecha y por último en el momento en el que nos encontramos en la cuarta oscuridad vemos a Vaerix  el profeta siendo expulsado y el ataque de Levirax a Puerta Helada y finalmente un Centurion, mano derecha de los señores Dragón preparado para atacar.

EL CARTON Y LAS CARTAS

Bueno una alegria me lleve al ver que no hay cartas mini, todas tamaño estándar con un gramaje bueno y con unas ilustraciones grandes que da gusto verlas,tendremos un total de 168 cartas.

Los tableros son de 2mm de grosor con ilustraciones simples imagino que al poner toda la escenografía 3D pensaron que sobraría darle mas detalle, las escenografía tiene el mismo grosor y si eres de mi quinta que jugaste al Heroquest de MB y disfrutaste como yo montando su escenografía con estas disfrutaras, eso si paciencia, despacito y con buena letra os quedara una escenografía muy recia.

Las cartas de los 6 Héroes son grandes me sorprendió su tamaño 16cm por 13cm bien ilustradas y del mismo tamaño son las 6 capas inferiores que representan el agua, lava etc, el gramaje en este caso de lo que os hablo es como una cartulina gruesa imagino que tiene que tener este groso para ponerlo debajo de los tableros pero los héroes podían haberlos echo un peli más grueso.

Dados a la calidad que nos tienen acostumbrados y tokens gruesos ya que todos vienen en las planchas de los tableros así que están muy bien, así como los diales de vida.

LAS MINIATURAS

40 miniaturas de plástico contienen el juego entre ellas 34 enemigos, 6 héroes y un elevador, el plástico es bueno, ligero  y resistente aunque no es la panacea está bien para un juego de mesa, sin embargo el detalle de estas es brutal, pero no exageró, tiene mil detalles magníficamente hechos, da hasta miedo sacarlas del inserto que trae para no dañarlas en ese aspecto  superan todas mis expectativas, para mí que me gusta pintar miniaturas va ser un placer liarme a brochazos con ellas.


LA  APLICACIÓN 

Bueno pues poco más que decir sobre la aplicación que no se halla dicho ya, en este caso una aplicación totalmente nueva que en estos momentos va por su versión 1.0.6.1, como curiosidad cada vez que pongáis la aplicación en la hoguera aparecerá una composición diferente de personajes, la música es buenísima, nada más empezar tendremos una introducción narrada en castellano que nos contara que está pasando, además los héroes durante la partida en si tienen chascarrillos con su propia voz.

La campaña tiene Misiones de Campaña que son las principales y misiones secundarias, además de dos tipos de eventos unos normales y otros de viaje, además cuando terminemos nuestra aventura podemos ir a la ciudad, donde tendremos una armería para modificar partes de las armas, una tienda donde comprar materiales y equipo y una sala de creación para crear y mejorar equipo.

Además podremos subir experiencia a nuestros personajes y tendremos habilidades por desbloquear y también están las proezas decisiones que tendremos que tomar a lo largo de la partida y que afectara de una forma u otra a nuestro personaje dependiendo de la que queramos elegir.


La aplicación ayuda mucho en los combates incluso tiene una opción de línea de visón que nos ayudara mucho, las misiones si ganamos o fracasamos seguiremos avanzando excepto la última aventura que tenemos que ganarla si o si, entre media tendremos a veces animaciones narradas que nos guiaran por la aventura.

La Historia que nos cuenta tan criticada y que no dice nada, lamento estar en  contra de esas opiniones no es un guion digno de un Oscar pero si te gusta Terrinoth esta aventura tendras encuentros épicos con auténticas leyendas de su Historia  y hasta hay os puedo contar.

EXTRAS

Bueno y por ultimo os contare que más trae esta caja y edición, porque la caja nos traerá un manual de 32 páginas, una pequeña guía de montaje de la escenografía, publicidad sobre el juego de rol Reinos de Terrinoth basado en el sistema Genesys que desde luego os contaremos en cuanto esté en mi poder y una guía de ambientación de 8 páginas que explica un poco las 3 oscuridades y las razas de los Héroes para los más profanos, en este aspecto  hubiera preferido una como la  de Runewars el juego de miniaturas pero aun así se agradece.

Carta original --------- Carta promocional

Y por qué digo esta edición, bueno pues porque al reservar FFG da 3 promociones, la primera y más imponente es una miniatura de centurión lavada en tinta simplemente brutal, también nos darán 12 cartas con ilustraciones distintas para las armas iniciales, simplemente sustituir unas por otras y a jugar y por ultimo pero no menos importante los diales de vida en metacrilato con la ilustración de los héroes, estas promos son increíbles y solo estaban para las reservas el juego antes de su salida.

Y aquí hay que darle un palo a FFG España se dé buena tinta que no hay promos para todos, que hay tiendas que tienen que repartirlas no dando las 3 si no 1 a cada reserva ya que no le mandan más, que para conseguirlas había que hacer promoción y muchas tiendas no lo consiguieron y un largo etc.. de despropósitos con reservas y pedidos incompletos y demás, aparte de casi dos meses de retraso desde su supuesto lanzamiento mundial el 6 de agosto.

OPINION

Descent: Leyendas de las tinieblas ha sido un juego maltratado desde el principio de su anuncio, cuando salió los jugadores de Descent segunda edición arremetían contra el juego por culparle de que se cerrara esa línea de juego, se arremetía con el arte cercano al comic europeo porque no tenía nada que ver con el mazmorreo, y digo yo que arte tiene que ver con el mazmorreo, si además una mazmorra es un sitio donde te tiraban desde arriba te partías una  o dos piernas y te dejaban morir deshidratado, vamos atacar por atacar, pero repito para gustos los colores y todo el mundo tiene derecho a opinar por algo que no le guste como al contrario, salieron videos que todo es Supergenial y otros Superdesastre y es que parece ser que si no te posicionas te atacaran uno u otros, yo en mi humilde opinión imagino que tendrá cosas buenas y cosas malas, como todos los juegos a los que juego. 

La historia fue un punto atacado pero ¿cómo puedes opinar de un libro si solo lees un capitulo? Ya os digo yo que destripe la app durante la espera y si eres fan de Terrinoth te gustara, otra queja fue el precio y hay es en lo único que todo el mundo estaba de acuerdo tanto detractores como quien lo apoyan y es que 175€ por un juego es primero un error (que Asmodee dirá me la suda habéis comprado igual) y segundo no hay escusa ninguna, ni app nueva, ni calidad de miniaturas, ni crisis de transporte, es una salvajada de precio donde todos los que lo tenemos nos volvimos locos mirando sitios donde lo rebajaran unos euros, a estas alturas de la película es inútil seguir quejándose también de la conversión que se hace aquí dólar euro, simplemente absurdo.

Y por último ahora que lo tengo, tengo ganas de jugarlo y contaros bien sus puntos fuertes y sus puntos débiles ya queda atrás todas las polémicas, ahora es la hora de la verdad y a ver que sensaciones me produce in situ, ya os iré contando, hasta entonces nos vemos en el campo de batalla.